domingo, 25 de julio de 2010

La primera palabra.

Estimados lectores;

Había llegado el momento de dar forma a mi historia. Después de pasarme la mitad de mi corta vida leyendo a múltiples autores con sus maravillosos relatos cargados de emoción y que a la larga se volvían adictivos, por fin había llegado mi turno. Ahora me tocaba a mi hacer magia.

¡Ah! pero cual fue mi sorpresa al darme cuenta que no era tan sencillo como pensaba.
Tenía claro lo que quería escribir, sin embargo la pantalla del ordenador vacía, me retaba sin piedad. Frustrada, abrí uno de los tantos libros que en su momento me hicieron soñar y comencé a analizar el texto detenidamente.

Me dije molesta: "pero si solo son frases narrando una acción, ¿por qué narices tiene que ser tan complicado?". De nuevo miré al ordenador que seguía en blanco como burlándose de mi y entonces en ese instante se creo un duelo digno del lejano oeste.
Respiré profundamente, chasqueé los dedos y le planté cara al enemigo. Éste me respondió con el cursor parpadeando en el mismo sitio donde había aparecido la primera vez que abrí el programa. De modo que le obligué a desplazarlo formando así una palabra.

En ese instante algo en mi interior comenzó a desvanecerse igual que una cortina de humo, era el miedo. Asombrada descubrí que el enemigo no era otro que mi propia inseguridad que había logrado vencer de momento. Aunque también podía presentir que continuaba acechándome a la espera de otro instante de debilidad para volver a atacarme.

De echo así ocurrió en muchas otras ocasiones, pero a esa primera palabra le siguieron otras. Mas tarde supe que la mayoría de escritores sufren el mismo conflicto interno y sobre todo si son noveles, como es mi caso.

domingo, 18 de julio de 2010

Y de repente se hizo la luz

Estimados lectores:

Retomando el post anterior, os diré que no fue fácil encontrar dicho tema
que me hiciera pensar en que era lo suficientemente bueno como para atraer
al lector y sobre todo a mi.

Hacía cosa de un año, yo estaba empezando un borrador acerca del S. XIX y
los avances de la medicina de aquella época. Pero tuve que abandonarlo, ya
que simplemente no estaba preparada para llevar a cabo un proyecto de tal
embergadura, de echo, reconozco que hoy en día sigo igual.

De modo que tras sufrir mi primer fracaso intentándolo, me encontraba algo
perdida e indecisa. Tenía claro que quería escribir y deseaba que en mi
historia hubiera personajes envueltos por una espiral de sensaciones tan
intensas que lograra que el lector las viviera con ellos. Por esa razón, en
aquella trama, no podía faltar la emoción, la aventura y por supuesto, el
amor. Sin embargo, faltaba otro componente clave aunque no sabía muy bien
el que....

Un buen día escuché por la televisión una noticia referente al Vaticano y
de repente se hizo la luz. Era justo lo que estaba buscando para crear el
argumento, ¡misterio!. Porque si algo suscita la iglesia católica a las
personas (entre otras cosas), es eso mismo. Pero, pese a que la idea me
gustaba, no quería involucrarme en temas complicados de desarrollar y que
me sucediera como la vez anterior. Así que decidí evitar la parte
histórica, centrándome en lo enigmático y de nuevo la musa apareció ante
mis ojos. En un principio deseché esa posibilidad creyendo que era
demasiado arriesgado pero poco a poco comenzé a verlo todo de forma mas
clara. Había surgido la magia en mi interior y ahora ya tenía un motivo
para escribir.

jueves, 8 de julio de 2010

¡No más de diez hojas!

Estimados lectores:

Hoy comenzaré por contar una anécdota ocurrida cuando aún no llevaba mucho tiempo sumergida en la aventura de esto de escribir y que sin duda vino a significar una llamada de atención.

Sucedió un día en el que tropecé con un conocido, de los que tras preguntas típicas del tipo..¿qué tal te va todo? o "a ver si quedamos un día", ya sabes de antemano que no lo vas hacer.

Estaba atrapada en una de esas conversaciones, cuando por fin llegó la tan esperada cuestión de ¿y tú a qué te dedicas ahora?. A lo que yo, en vista de que no se me ocurría nada interesante que decir, contesté; estoy escribiendo un libro. Entonces él muy amablemente exclamó; ¡un libro! ¡que interesante!, prometo que si tiene menos de diez hojas lo leeré.

Después de semejante respuesta ya os podéis imaginar mi cara. De echo, decidí saltarme directamente la parte de "ya quedáremos otro día para tomar café".
Sin embargo, una vez me hube serenado lo suficiente como para pensar con más calma, saqué de en medio de aquellas palabras surrealistas, un mensaje clave.
Se convierte en una verdadera incógnita encontrar la manera de atraer al lector. Es por esa razón que el escritor debe esforzarse encarecidamente si desea captar el interés de éste e intentar que quiera pasar una y otra vez de página, hasta incluso sobrepasar ¡las diez!.

Está bien escribir sobre algo que te apasione, pero si no es de la misma inclinación de los que te leen, o no consigues trasmitir dicha pasión en unas hojas de papel, sencillamente estás perdido, pues sin lector no hay escritor.

Todo este asunto me llevó a plantearme varías cosas pero que ya en otra ocasión detallaré...

sábado, 3 de julio de 2010

Los comienzos siempre son duros....

No hace mucho leí la noticia de un autor, que había decidido escribir ante un grupo de curiosos con la intención de mostrar a estos, el complejo proceso de crear.

Recuerdo que me dije...se van a aburrir como ostras y al final no verán gran cosa, por no decir que "nada". La razón es simple; no basta con un poco de tiempo, para hacer ver al publico todo a lo que se enfrenta un autor cuando esta inmerso en la aventura de escribir. A veces son muchas las ocasiones en las que te invade la inseguridad y otras simplemente no surge la inspiración. No obstante aquel valiente escritor, me dió la idea que hoy aquí quiero plasmar.

Mi propósito es convertir, este espacio en un diario, en el que escribir todos los obstáculos y satisfacciones que me voy encontrando a lo largo del camino. De alguna forma deseo haceros participes de las emociones que experimento en el transcurso de la escritura de la novela. No revelaré la trama de la historia, ni el nombre de los personajes y mucho menos el título de la misma. De momento, permitan que mantenga esos datos celosamente en secreto, pero es que no quiero arruinar la sorpresa.

De antemano, pido disculpas por los posibles fallos que pueda cometer. Como bien se titula este blog "Diario de una novel", soy una aficionada a la escritura que está luchando por merecerse la condición de escritora. Es dura la batalla a la que me enfrento con ilusión y por esa misma razón os garantizo que la emoción está servida.